El viernes 13 de noviembre, a partir de las 21 horas, la
capital francesa sufrió unos terribles atentados que dejaron una cifra de
afectados que, sin haberse cerrado aún, supera los 130 muertos y 360 heridos
(99 críticas). En total se cuentan 6 ataques terroristas, todos sucedidos alrededor
del estadio Saint-Denis. La mayor parte de las muertes, unas 89, se produjeron Bataclan, una sala de conciertos donde
cuatro terroristas detonaron varias granadas a cara descubierta y con
subfusiles tipo kalashnikov. Al menos
8 de los terroristas se inmolaron tras los atentados. Esta barbarie se ha
convertido ya en la segunda mayor masacre en Europa, solo superada por el 11-M
en Madrid.
Francia está en guerra contra el ISIS y "será
implacable". Éste trágico anuncio –o advertencia del presidente francés
se pudo escuchar cuando habló a todos los franceses por la cadena de televisión
nacional. Manuel Valls, primer ministro, confirmó por la tarde, con una frase dramática:
"Sí, estamos en guerra". Anunció que expulsarán a todos los radicales
y que le quitarán la nacionalidad a los que le rompen el alma a Francia, aunque
sean franceses.
"Francia no tendrá piedad, será implacable"
sobre
todos los terrenos, "tanto interiores como exteriores", advirtió
Hollande. El presidente proclamó "duelo nacional por tres días" y
dijo que "todas las medidas para proteger a nuestros ciudadanos y nuestro
territorio han sido tomadas". En su breve discurso en el Palacio del
Eliseo, Hollande calificó los atentados en París como "un acto de
guerra" y designó por primera vez como responsable al "ejército
terrorista" del Estado Islámico (ISIS). Pidió a Francia "la unidad,
el reagrupamiento y la sangre fría" mientras declaró en el país "el
estado de emergencia’’. "Eso que nosotros defendemos es nuestra patria,
pero es más que eso. Son los valores de la humanidad y Francia debe tomar sus
responsabilidades. Yo llamo a esta unidad indispensable", declaró, en su
breve discurso en la cadena nacional. "Este es un acto de barbarie
absoluta", aseguró Hollande. Por su parte, Valls comentó: ‘’Sí. Nosotros
estamos en guerra’’. ‘’Nosotros responderemos golpe a golpe. Nosotros siempre
dijimos que no había riesgo cero. Debemos aniquilar a nuestro enemigo.
(…)Nosotros atacaremos este enemigo para destruirlo en Francia y en Europa, en
Siria y en Irak. Nosotros ganaremos esta guerra’’.
Todas estas declaraciones recopiladas de distintos medios,
hacen pensar que París está de pie ante esta guerra. Y más cuando hoy, Domingo
15 de Noviembre, Francia ha lanzado los primeros ataques aéreos contra ISIS en
Siria. Según la presidencia se trató de "santuarios en los que son
entrenados los que atacan a Francia".
El mundo está dividido en numerosas y distintas opiniones
respecto a lo sucedido ayer. No obstante, antes de hacer mi comentario
personal, voy a dar un dato. Según estudios, el ISIS cuenta actualmente con
entre 10.000 y 12.000 combatientes. Siria tiene una población de 22,85 millones
(actualmente menos y en línea decreciente por los muertos y los que huyen),
Irak cuenta con 33,42 millones, Libia con 6,202 millones, Irán con 77,45
millones, Pakistán con 182,1 millones y Afganistán con 30,55 millones de
personas. Los países nombrados anteriormente son los países en los que operan
actualmente los miembros del ISIS, divididos en esos territorios.
Tras los ataques terroristas de ayer, Francia cerró sus
fronteras por primera vez desde la II Guerra Mundial. Pongámonos en la siguiente
situación. Vivimos en un barrio marginal, donde a diario suceden barbaries,
tiroteos, donde la vida apenas tiene valor y donde la sangre fría ciega a
personas que llegan a matar hasta a inocentes niños pequeños. Ese es nuestro
pan de cada día. Llega un momento en el que, por miedo a morir tanto nosotros
como nuestros hijos, padres, hermanos, etc., decidimos huir al barrio de al
lado, un barrio rico. Cuando conseguimos llegar, nos reciben como ganado, como
si fuéramos ratas recién salidas de una alcantarilla. Para colmo, los tres
vándalos del barrio marginal que provocan que el resto del barrio –la gran
mayoría- tengan que huir, atacan al barrio rico (después de que personas del
barrio ‘’bueno’’ les ataquen antes). Entonces ese barrio rico, por miedo,
decide no dejar entrar a más personas de ningún otro barrio marginal. Nos
estarían condenando a morir en un barrio del que no tenemos culpa de
pertenecer. Y la prohibición de entrar en los barrios ricos lo proponen los
menos radicales. Los más radicales gritan a los cuatro vientos que lo que hay
que hacer es atacar ya a los barrios en los que pueda haber vándalos y
gamberros.
Saliendo ya del símil, dejo una pregunta en el aire: ¿vamos
a seguir atacando un país de 22 millones de personas para acabar con los 10.000
que pertenecen a un grupo terrorista? Y hablo de Siria y digo 10.000, pero en
realidad al estar divididos en diversos países el número es menor. Es una
injusticia.
Es normal leer estos días: ‘’El ISIS ha declarado la guerra
a Europa Occidental, ataquémosles’’. La cuestión es, ¿dónde? En mi opinión,
sería una tremenda injusticia atacar un país como Siria, porque 10.000 personas
de sus 22 millones han cometido un ataque terrorista. Pongámonos en situación
de que somos uno de los millones de sirios que no pertenecen al ISIS, y que
tienen que escuchar que, aunque algunos de ellos mueran, merecerá la pena si
así consiguen exterminar a los terroristas.
Con todo esto, obviamente, no estoy justificando lo ayer
sucedido en Francia. Condeno a los terroristas, al igual que a todo el que es
capaz de matar a una persona, sea del color y de la religión que sea. La
violencia jamás está justificada. No obstante, tampoco veo bien que haya
niveles de personas. Con los sirios que tienen que pasar por calamidades, con
los que cometen atrocidades día a día los mismos miembros del ISIS, con ellos
nos tapamos los ojos. Los vemos tan lejos, que pareciera que las imágenes que
salen en la TV estuvieran sacadas de una película. Desgraciadamente, no es así.
En esas imágenes, las personas que salen masacradas son personas que sienten y
padecen, muchas que han perdido a sus hijos y familiares, que pasan sed y
hambre, que viven con miedo con enfermedades y sin una cama en la que acostarse
cuando anochece. Una especie de homenaje que demuestra muy bien de lo que
hablo, de los niveles de personas, es que la red social Facebook les ha dado la
posibilidad a todas las personas de ponerse su foto de perfil con un fondo de
la bandera de Francia. Hace unos días hubo un atentado en Beirut que mató a
decenas de personas. ¿No merecen homenaje esas personas? Lo de ayer de Francia,
fue una desgracia que hay que condenar. No se puede permitir que suceda esto en
ningún lugar del mundo. Pero las personas nacidas en Francia no valen más que
las personas nacidas en Siria o en Beirut. Todas las vidas tienen el mismo
valor, al menos si nos basamos en el lugar en el que, involuntariamente, hemos
nacido. La violencia no se soluciona con más violencia; la injusticia no se
soluciona con más injusticia.
Con esto no digo que no haya que homenajear a las víctimas
parisinas. Está claro que hay que hacerlo, y apoyar más que nunca a las
familias y demostrarles que todos estamos en contra de la violencia. Pero, en
mi opinión, esto hay que demostrárselo no solo a los parisinos, sino también a
los sirios, beirutíes, etc.
Por otro lado, parece que tras el atentado del World Trade
Center se produjo un giro en la política exterior de los EEUU en Medio Oriente,
cambiando su práctica tradicional de ganarse a las dictaduras como aliadas, o
de convivir con ellas, por el nuevo objetivo de los “cambios de régimen” en la
región. Este objetivo coincide en el tiempo con el inicio de la llamada
“primavera árabe”, que ha inaugurado nuevos retos de futuro en Oriente Próximo.
Ante estos cambios, los países que tiene intereses en la zona, como EEUU,
Europa, Rusia, etc., se han visto forzados a tomar parte, de una manera u otra,
ante la nueva situación geopolítica que esta situación está generando. Está
claro que a los gobiernos dictatoriales y sobre todo a los grupos terroristas
islámicos no les interesa que la población se desarrolle. Si a una persona
culta mañana le dicen que se inmole para acabar con otros, probablemente se
niegue pese a creer en Alá, ya que la coherencia y la cordura se adquiere con
cultura. No obstante, en mi opinión, los intereses de los países desarrollados
deberían estar destinados a democratizar los países de Oriente Medio, promover
su desarrollo, no militar sino cultural y, sobre todo, promover la igualdad y
la libertad. Cuando las cosas van bien, van bien para todos.
En definitiva, que los intereses de EEUU, Rusia, China, el
petróleo, la dominación geopolítica, etc., tiene que acabar ya. No podemos
seguir tratando a personas como ratas por intereses, ya que detrás de todo ello
hay vidas, vidas humanas que se consumen al tiempo que el mundo se vuelve más
injusto. Démosle significado a la palabra empatía, demostremos que no es solo
un conjunto de letras sino una palabra preciosa, una palabra que puede cambiar
el mundo.
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