Actualmente Cataluña pertenece a España, y por tanto a
la UE. A lo largo de los últimos años, la UE comenzó a expandirse por el
continente europeo, fundamentalmente entre los países de la Europa occidental:
Reino Unido, Irlanda y Dinamarca en 1973; Grecia en 1981; España y Portugal en
1986; Alemania oriental en 1990…
La Unión Europea, y antes las Comunidades, promueven
la integración continental por medio de políticas comunes que abarcan distintos
ámbitos de actuación, en su origen esencialmente económicos y progresivamente
extendidos a ámbitos indudablemente políticos. Este hecho le proporciona
enormes ventajas y beneficios, los cuales estarían en riesgo de desaparecer
ante una eventual independencia de Cataluña. Estos beneficios tienen impacto en el comercio
internacional, mediante el uso de una moneda única y políticas económicas
coordinadas entre estados que fomentan la especialización. Estas acciones reducen
los costes administrativos y burocráticos, eliminándose las aduanas, consiguiendo
un enorme ahorro al no tener que pagar aranceles, y otros impuestos.
Un factor más a tener en cuenta es que la moneda única
elimina los riesgos de tipo de cambio: la unión monetaria favorece que las
empresas se radiquen en cualquier país de la zona euro sin temor a perder
beneficios por el efecto de las devaluaciones.
Ventajas que Cataluña perdería al irse del € serían
numerosas. En primer lugar, la ampliación de mercados y mayor facilidad de
acceso a ellos (más del 60% de las exportaciones de Cataluña –como veremos más
adelante- se realizan entre España y la eurozona). Al conseguir la
independencia, también se vería incrementado el coste del acceso a fuentes de
financiación. Por otra parte, volvería a tener una gran incertidumbre ligada a
la variabilidad de los tipos de cambio, pues éstos desaparecen entre los países
de la eurozona. Tendría una menor competencia que las empresas de la eurozona.
Contaría con un mercado financiero débil que dificultaría el crecimiento
económico y aumentaría, posiblemente, la inflación. Por último, Cataluña
debería tener su moneda propia y perdería el euro como divisa internacional
(fuerte competencia al dólar y al yen), contando con una moneda poco
competitiva en el comercio internacional.
Si Cataluña se independizase, todas esas enormes
ventajas que tiene pertenecer a la Unión Europea desaparecerían. Como decía el
otro día la Ser: ‘’Cataluña dejará de ser miembro de la UE a partir del momento
de su escisión. La Comisión Europea reitera que "un territorio escindido
se convierte en un país tercero" y debe "volver a pedir la
adhesión".
Cataluña tendría que pagar aranceles en todas sus
exportaciones, por lo que aumentarían mucho los costes de las importaciones y
se verían afectadas en las exportaciones.
Teniendo en cuenta que las ventas de las empresas catalanas
al resto de España suponen 61.134 millones de euros, lo que representa el 30%
del PIB de Cataluña, según un informe de Convivencia Cívica Catalana publicado
este jueves en el que se analiza el comercio de Cataluña y, teniendo en cuenta
que las ventas al extranjero ascienden a 60.526 millones y de que ellos tan
solo 1.583 millones van fuera de la eurozona (EEUU), la independencia de
Cataluña sería un suicidio económico para un país de 7 millones y medio de
habitantes.
Por otra parte, a Cataluña le costaría muchísimo más acceder
al crédito. En primer lugar hemos de saber que la deuda catalana está financiada
por España y por europa. ¿Qué pasaría con un país de 7 millones y medio de
habitantes sin el aval de España ni europa? Que la deuda sería mucho más cara.
Esto se explica porque le cuesta mucho más dinero financiar aspectos básicos
como la sanidad o la educación, gastos que ahora mismo son deficitarios. Acceder
al crédito le costaría mucho más caro al ser Cataluña un país de gran incertidumbre
al no estar avalada por España ni Europa. Por eso, el acceso al crédito sería
mucho más caro y esto lo acabaría pagando el pueblo catalán.
Además, el gobierno ha legislado para facilitar la
salida de empresas en la hipotética independencia de Cataluña ante el plan
secesionista de Artur Mas. Muchas empresas se irían de Cataluña ante la situación
de desequilibrio e incertidumbre, la cual es enemiga de los mercados y
negocios.
Como dijo Carlos Rivadulla Oliva ‘’No es posible en la
actualidad separar el conjunto de la economía catalana de la española ni es
aconsejable, si lo que nos preocupa es el bien de las empresas, de los
trabajadores y de la sociedad catalana en su conjunto. Otra cosa son los
intereses políticos. Sumar siempre multiplica, restar divide. Se perderían
economías de escala y se duplicarían gastos tanto a niveles de las administraciones
públicas como de muchas empresas que por ejemplo, deberían tener dos filiales
diferentes, cumplir con dos sistemas jurídicos diferentes, pagar a dos
abogados, asesores, etc. diferentes’’
Hemos de saber que actualmente estamos compitiendo en
un mercado global contra macroeconomías como la norteamericana (EEUU), asiática
(Japón) y las emergentes como China, Brasil, India, etc. En este mercado global
lo principal es lograr economías de escala y estar aliados.
El interés de la independencia catalana es plenamente
político, ya que económicamente no tiene sentido hoy en día un país de 7
millones y medio de habitantes con una moneda propia, legislación diferente,
distinto marco económico, etc.
Fuentes:
Joaquín Segovia Quintano 1º ADE+DERECHO
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